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Índice
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Extracto
del Gran Sutra del Buda de la Luz Infinita:
Entonces el Buda dijo a Sariputra:
en la dirección del oeste más allá de
una miriada de millares de tierras de Buda existe un mundo que se
llama tierra de la Suprema Felicidad. En esta tierra vive un Buda
que se llama Amitabha, permanece actualmente y enseña el
dharma Sariputra ¿por qué este mundo es llamado
tierra de la Suprema Felicidad?
Hasta la venida del Buda Sakyamuni, el Dharma era desconocido para
nuestro mundo, por el hecho de que las acciones negativas cometidas
anteriormente por sus habitantes, lo impedían. Para suprimir
este obstáculo,
el Buda se manifestó históricamente.
Recorrió las etapas del camino del Despertar y a continuación
las describió en detalle, para permitir a los que lo desearan,
alcanzar el mismo grado de perfección. Fue en el pico de
los Buitres donde Sakyamuni explicó cómo Buda Amitabha,
alcanzó la completa iluminación y cómo por
algunos medios, es
posible a cada ser conocer su mundo llamado Dewachen.
Esta enseñanza fue transcrita y conservada bajo el nombre
de Sutra de Amitabha y la explicación que sigue se basa en
este texto. |
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. :
Los
mundos y las ilusiones
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Antes
de abordar la enseñanza propiamente dicha sobre el Buda Amitabha
y su mundo, nosotros debemos empezar por comprender cómo
es posible de una manera general, a los diferentes tipos de Universos
y seres existir.
Reconocemos la existencia de un mundo, el nuestro, porque nosotros
podemos verlo. Algunos piensan que no hay otros mundos habitados
fuera de éste. Pero esto es una idea muy limitada. Dado que
el espacio es infinito es totalmente posible que contenga otros
mundos y otros seres. Después de todo, un ser es simplemente
algo provisto de un cuerpo y de una mente.
Si nosotros no podemos fijar un límite al espacio, nosotros
no podemos imponer por adelantado la idea de un número limitado
de seres poblándolo. Si nosotros aceptamos el hecho de que
hay muchos seres diferentes, nos hace falta igualmente reconocer
que cada uno entre ellos posee un karma individual. Es este karma
el que determina el género de mundo, al cual nosotros pertenecemos.
Si un grupo de seres, provistos de un buen Karma, se reúne,
su mundo será bueno. Si son seres dotados de un karma negativo
los que se juntan, de ello resultará un mundo malo.
Cada individuo detenta su propio Karma, hasta el más minúsculo
insecto, pero los seres teniendo karmas similares, nacen con una
apariencia física y modos de existencia comunes. Es así
como se crean las diferentes categorías de seres, tales como
los insectos, los peces, los humanos. ¿Cómo fueron
creados todos estos mundos?
Si nosotros nos contentáramos con responder: por la combinación
de los cinco elementos: espacio, viento, fuego, agua, tierra, esto
conlleva a la cuestión: ¿de dónde vienen estos
elementos? El problema no puede ser resuelto por postular un creador.
Esta concepción no llevaría más que a otras
preguntas sobre el origen de este demiurgo. No hay creador de los
cinco elementos.
El mundo no ha sido jamás fabricado, sino que más
bien es una proyección, una ilusión de la mente. Buscar
respuestas sobre el origen del mundo y su creador es como preguntarse
quién ha creado la ciudad vista en sueños, la noche
última. Nadie la ha fabricado nunca, no es más que
la expresión de una ilusión. Si un sueño es
una ilusión que no dura más que un tiempo relativamente
corto, nuestra vida ilusión dura más tiempo.
Cuando el karma de un individuo armoniza con el de otro, llegan
a ser los dos sujetos de la misma ilusión. Nosotros podemos
encontrarnos, porque nosotros compartimos la misma ilusión,
pero la vida no se reduce a una simple ilusión. En el interior
de la ilusión todo es real, hasta el menor detalle y ni siquiera
viene a la mente de aquel que participa en ella que pueda ser de
otra manera.
Si nosotros ponemos la mano en el fuego, la mano se quemará.
Esta realidad, nosotros la llamamos realidad relativa. La ilusión
puede ser buena o mala, según el karma de los seres que lo
experimentan. Y este karma está determinado por el estado
de mente de cada individuo. Todos los seres tienen una tendencia
natural a ser fácilmente influenciados por una u otra de
las emociones perturbadoras. Lo que significa que cuanto más
negativos sean sus actos, más las ilusiones que de ellos
se desprendan, estarán marcadas por el sufrimiento.
Sin embargo, todos los seres poseen la naturaleza de Buda, que les
permite, en circunstancias apropiadas, desarrollar amor y compasión,
que los conducen a una ilusión más positiva, donde
conocen ante todo felicidad. Del número ilimitado de seres
y la variedad infinita de actos por ellos cometidos resulta un número
inconmensurable de mundos más o menos buenos o malos.
Nuestro mundo posee estos dos aspectos: se conoce a la vez la felicidad
y el sufrimiento. Signo de que esta ilusión refleja la mente
de seres que tienen una mezcla de buen y de mal karma.
En Dewachen el sufrimiento no existe bajo ninguna forma. Cualquiera
que sea: ni enfermedades, ni hambres, ni agresiones, ni guerras,
por ejemplo. Esto, porque los seres que nacen ahí pertenecen
a una muy buena ilusión en la cual el sufrimiento no aparece
jamás.
En las enseñanzas de Nagarjuna se dice: habría
que progresar de luminosidad en luminosidad. Por ejemplo:
si nosotros tenemos un precioso cuerpo humano, nosotros conocemos
una ilusión que es relativamente clara y luminosa. Deberíamos
utilizar esta oportunidad para cometer actos positivos y penetrar
más adelante en la clarificación de esta ilusión.
Pero si nosotros comprometemos nuestra vida humana en el cumplimiento
de actos negativos, nosotros creamos las causas de un renacimiento
inferior. La ilusión se ensombrece y nosotros abandonamos
la claridad para ir a las tinieblas, lo que es una lástima.
El que toma nacimiento en Dewachen va naturalmente de luminosidad
en luminosidad y una vez en este mundo, nadie vuelve jamás
a los reinos de existencias inferiores.
Por la práctica de las enseñanzas que les prodiga
Amitabha, los seres de Dewachen progresan hacia el Despertar sin
dificultades. Desde esta ilusión, la más luminosa
de todas, alcanzan la iluminación.
Nuestro mundo, como hemos dicho, es una mezcla de buenas y de malas
ilusiones, pero vosotros que escucháis estas enseñanzas
participáis de una ilusión entre las más luminosas,
en la cual vais a poder encontrar al Buda Amitabha frente a frente,
y alcanzar el Despertar, sin tener incluso necesidad, de conocer
al Buda histórico Sakyamuni. Pero deberíais hacer
vuestra la opinión de Nagarjuna y avanzar de luminosidad
en luminosidad.
Alguien que conoce una ilusión luminosa y se compromete en
una acción nefasta acaba su ilusión y pierde ahí
una preciosa ocasión. Es como el que teniendo buena vista,
se pone a mirar al aire, y, en lugar de servirse de sus ojos, cae
a un precipicio. Bien entendido, si él es realmente ciego,
no puede hacer nada, pero si tiene ojos debe utilizarlos correctamente.
De la misma manera, es ahora cuando nosotros tenemos una buena perspectiva,
que nosotros debemos hacer todo lo posible para desarrollarla y
convertirla en algo más luminoso. |
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. :
El
mundo de Dewachen
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Hay
cuatro causas de renacimiento en Dewachen. La primera es imaginar
a qué se parece el mundo de Dewachen. Por el hecho de pensar
constantemente en las excelentes cualidades de este mundo, se
establece una relación que va a permitirnos dirigirnos
allí. Uno de los deseos expresados por Amitabha, concernientes
a este mundo dice: El que imagine cómo es Dewachen,
que pueda desarrollar la tendencia que le conducirá a renacer
allí. Así, cada vez que nosotros pensamos
en Dewachen, creamos la primera causa para renacer allí.
¿A qué se parece este mundo? Es mucho más
grande que el nuestro. No hay ni sol ni luna, pero está
perpetuamente alumbrado por una luz natural, que se dice que proviene
del cuerpo de Amitabha. Esto es verdadero pero no en el sentido,
en que sería una fuente luminosa, una suerte de bombilla
gigante, sino que es más bien una claridad natural, que
es una de las bendiciones del cuerpo de Amitabha.
El clima no es ni demasiado cálido ni demasiado frío.
De hecho, la temperatura corresponde exactamente a lo que cada
uno juzga lo más agradable.
Por lo que respecta al paisaje, quizás la descripción
no la encontréis a vuestro gusto. Es completamente plano,
ni una sola montaña, pero os aseguro que os encontraréis
muy felices allí. No tendréis entonces ni siquiera
el pensamiento de una montaña. Hay pequeñas colinas
aquí y allá, más bien masas rocosas, que
están compuestas de piedras preciosas: rubíes, lapislázulis,
etc.
El suelo está cubierto de un césped verde de una
cualidad particular. Algunos lo llaman mullido, pero es una mala
traducción. Lo que es realmente, es que cuando vosotros
andáis por encima, el césped se endereza por sí
mismo, después de vuestro paso, no puede ser aplastado.
El agua de Dewachen, aparece espontáneamente. No hay procesos
de evaporación y de condensación, tal y como nosotros
lo entendemos necesariamente para aprovisionar las fuentes. Eso
pertenece a nuestro mundo y no tiene sitio en Dewachen. Se encuentran
ríos cuya agua está a la temperatura deseada, no
son muy profundos, su nivel sube hasta el techo de los habitantes
de Dewachen. Numerosas piedras preciosas tapizan el lecho de los
ríos que es muy puro, no constituido de vaso y de piedras
como aquí.
El país está sembrado de pequeños lagos,
cada uno repleto de lotos de todos los colores. Existen grandes
variedades de árboles cuyas hojas se llaman de esmeralda,
esto no significa que sean duras como las joyas. Cuando el viento
sopla en los árboles, su canto es el de las enseñanzas
de Buda y cada uno puede escuchar en él las Cuatro Nobles
Verdades, por ejemplo.
Además para cuando vuestras orejas están cansadas
de escuchar.
Se conocen también los pájaros en Dewachen. En algunos
sutras se dice que ellos emanan del cuerpo de Amitabha. En otros,
que son animales de karma, particularmente puro. Cualquiera que
sea la verdadera razón, esto no tiene nada que ver para
que ellos puedan existir.
Este vasto mundo está esmaltado de grandes flores de loto
y en cada una de ellas reposa la conciencia de un ser de Dewachen.
Algunos de estos lotos se abren inmediatamente, otros más
lentamente. Esto depende de las dudas emitidas por la consciencia
que ellos abrigan sobre su capacidad de alcanzar Dewachen. Los
que han dudado ven que su loto se despliega lentamente, mientras
que para los que están libres de dudas, los pétalos
de su flor se abren inmediatamente.
Pero incluso, un ser que permanece en un loto con los pétalos
cerrados, se siente perfectamente feliz y no experimenta ninguna
sensación de estar encerrado o preso. La única pena
es no poder salir instantáneamente para ver a Amitabha.
Todos estos seres tienen un cuerpo que vive en el interior de
un loto. También su forma es la misma que la nuestra: una
cara, dos brazos, dos piernas, dos ojos, etc. La cualidad es diferente,
de una manera que yo no sabría describir, pues nada de
este mundo puede compararse. La piel del cuerpo es de un color
brillante como la del Buda Sakyamuni, muy hermosa. El cuerpo está
desprovisto de orificios y de órganos internos. Incluso
en nuestro mundo, nosotros conocemos seres, cuyos órganos
internos tienen funciones diferentes de las nuestras.
En Dewachen no hay necesidad de órganos. Las mentes de
los seres de Dewachen están llenas de sabiduría
que discierne, lo que les permite permanecer sin esfuerzo en la
absorción meditativa.
Nuestra propia mente contiene mucha opacidad y confusión
que nos impide meditar frecuentemente. Esta capacidad de meditación,
común a los seres de Dewachen, proviene de su inteligencia.
Escuchan las enseñanzas de Amitabha o de los numerosos
Bodhisattvas que viven en este Paraíso lo comprenden inmediatamente,
lo retienen y lo realizan sin ninguna dificultad.
Esta suerte de facilidad mental es el mejor aspecto de la felicidad
de Dewachen.
Nosotros tenemos más bien tendencia a ser atraídos
por la felicidad física de esta tierra, pero el bienestar
y la felicidad mental le son muy superiores. La mente que puede
absorberse en meditación no conoce ya ni el enfado ni la
espera. Nadie se suicida en Dewachen.
Por otra parte, todos los habitantes de Dewachen están
naturalmente dotados de poderes milagrosos, por ejemplo, el de
abandonar Dewachen para ir a visitar otras tierras puras donde
enseñen otros Budas o dirigirse a los mundos impuros con
el fin de ayudar allí a los seres.
Muchas personas toman esto por increíble. ¿Cómo
es posible tal cosa? Nos hace falta comprender que, de una manera
general, para alguien dotado de un karma puro existe una correspondencia
íntima entre sus deseos y la posibilidad de su realización,
mientras que otro dotado de un karma impuro conocerá una
separación entre sus deseos y su realización.
En Dewachen deseos y realización llegan a ser sinónimos,
gracias al karma muy puro de los seres que viven allí.
Es algo completamente normal, no hay allí nada de extraordinario.
Preguntaros simplemente cómo podemos caminar, no hay nada
de particular en esto, lo hacemos naturalmente. Por lo mismo,
no hay nada especial que permita a los seres de Dewachen visitar
otros mundos. Esto forma parte de su karma, como la capacidad
de caminar forma parte del nuestro. Las características
de Dewachen que nos parecen extraordinarias no son más
que una expresión natural de ello.
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¿Por
qué Dewachen es tal como es?
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No
hay ninguna razón, mas que el karma de los seres de Dewachen.
Ocurre lo mismo para nuestro mundo. ¿Por qué hombres,
animales, árboles, etc.? No hay otra causa más que
el karma.
Nosotros podemos intentar responder que un sol, explotando, dio
nacimiento a nuestro planeta y continuar así, pero esto no
explica la existencia de este sol ni por qué ha explotado.
Ahora sabemos todos a qué se parece Dewachen y nosotros podemos
imaginarlo claramente. Actuar así es la primera práctica
que va a conducirnos hacia un renacimiento en este mundo. Debéis
visualizar Dewachen como lo hacéis durante la fase de desarrollo
de la meditación. Esto quiere decir que la visualización
debe ser clara pero vacía en esencia, como el reflejo de
la luna sobre el agua. Si no podéis visualizar así,
de manera tántrica, pensad, simplemente que Dewachen es como
este mundo pero en mejor y esto está muy bien. Es como si
vosotros imaginarais París, sin haber ido nunca allí.
Representároslo tal y como lo veis. Así pues, imaginad
que estáis en Dewachen, con su paisaje llano, la hierba,
los árboles, todo como ha sido descrito.
Vosotros mismos estáis en una flor de loto, abierta y enfrente
del Buda Amitabha, sobre un trono de loto, es de color rubí,
muy luminoso y atractivo. Os enseña continuamente el Dharma.
A sus lados están sus principales discípulos, Chenrezy,
a la derecha y Vajrapani a la izquierda, cuyo papel es preservar
las enseñanzas de Amitabha, igual que hicieron los Sravakas,
Sariputra y Mongallana, para las enseñanzas del Buda Sakyamuni.
Visualizad todos los detalles, claramente. Pensad: estoy ahí,
con una intensidad que os erice los cabellos en la cabeza y que
os haga salir lágrimas en los ojos, convencidos de que estáis
en Dewachen.
Este es el punto de partida de las prácticas que voy ahora
a explicar. |
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Acumular
el mérito
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La
segunda causa de renacimiento en Dewachen es la acumulación
de mérito. Nosotros debemos conceder que nuestra tendencia
es generalmente inversa, pues el aferramiento del ego nos lleva
a cometer las diez acciones no virtuosas. Así nosotros hemos
empleado toda clase de medios para asegurar nuestras necesidades
materiales, la mayoría de las veces, sin pensar en los demás.
En los negocios estamos totalmente volcados en el provecho. Si comemos
carne, estamos siendo responsables del sufrimiento y muerte de otros
seres vivos. No podemos mejorar comiendo verduras sin compartir
la responsabilidad de todos los males causados a los insectos que
viven sobre y debajo de la tierra. Cometemos constantemente actos
perjudiciales en nuestra satisfacción de las necesidades
de la vida. Esta acumulación de negatividad debe ser transformada
en mérito para alcanzar Dewachen.
¿Cuál es la manera más eficaz de acumular mérito?
Es la generosidad, lo que significa hacer ofrendas a un objeto que
sea digno de ello. Dado que nosotros creamos mérito cada
vez que nosotros hacemos un don, deberíamos aplicarnos a
ello, sin ninguna discriminación. Sin embargo, se distinguen
tres tipos de receptáculos hacia los que el acto de la ofrenda
es particularmente benéfico.
Primeramente los seres que atraviesan un estado de sufrimiento,
los que sufren hambre y sed, calor o frío extremo o los que
están enfermos, aterrorizados, etc. Si su sufrimiento puede
ser paliado por nuestra generosidad, entonces un gran mérito
nace de este acto.
La segunda categoría de seres para nuestros dones son nuestros
padres, ya que ellos nos han dado lo mejor de su amor y de sus cuidados
en esta vida. Devolverles este amor, por medio de ofrendas es muy
benéficos.
El tercer receptáculo particular son los Arhats, los Bodhisattvas
y los Budas.
Tal vez os preguntaréis qué bien hacemos dando a seres
que no conocen ni sufrimiento ni hambre ni sed. La acumulación
de mérito reside en la pureza de su espíritu. La generosidad
orientada hacia los seres ordinarios crea un beneficio que está
siempre impregnado del juego de las emociones y de la confusión.
La generosidad que se expresa por medio de ofrendas a los Budas
no conoce estas imperfecciones.
Se les ofrece bienes y posesiones sin apego ni aferramiento. Si
además estamos movidos por una gran fe, se recibe la influencia
espiritual de estos seres puros y damos nacimiento al espíritu
del Despertar, que nos va a conducir a meditar hasta el estado de
absorción. Llevar a cabo tales ofrendas crea un mérito
que es particularmente puro.
Deberíais ejercitaros continuamente en acumular mérito,
practicando la generosidad hacia estas tres categorías de
receptáculos. Pero la tercera de ellas, es la que nos concierne
particularmente.
Una vez establecida la primera causa de renacimiento en Dewachen,
la clara visión, el mundo de Dewachen, vosotros continuáis
haciendo ofrendas al Buda Amitabha, que debéis imaginar justo
enfrente vuestra. Lo que vais a ofrecerle es una plegaria de siete
ramas que encontraréis en el texto de la práctica
de Amitabha.
La primera rama, consiste en hacer postraciones, a fin de purificar
los oscurecimientos nacidos de la mala utilización de vuestro
cuerpo, desde tiempo sin principio. Las postraciones son la manera
de acumular mérito por medio del cuerpo. Pero es importante
tener presente al respecto, igualmente, el espíritu con el
que las lleváis a cabo. Además, es muy benéfico
pensar que todos los seres están reunidos alrededor vuestra
y se postran también, pues el mérito se reparte entre
ellos.
Cualquiera que sea el número de postraciones que vosotros
hagáis dirigidlas hacia Amitabha. Podéis incluso decir:
Yo me postro delante del Buda Amitabha, al mismo tiempo,
si así lo deseáis.
En la segunda rama de la plegaria ofrecéis a Amitabha. Las
ofrendas se dividen en dos clases: reales e imaginarias. Las ofrendas
reales son las que están materialmente presentes durante
vuestra práctica. Pueden ser de todas clases: flores, frutas,
los siete boles, rituales, lo que tenéis y ofrecéis
recitando las palabras de la plegaria. Debéis igualmente
hacer ofrendas mentales. Pensad en todas las cosas puras en el mundo
e imaginad que emanan de vuestro cuerpo como ofrenda al Buda, hermosas
flores, agua pura, buenos alimentos, etc. Todo lo que imaginéis
que sea puro, y más particularmente, las cosas que os gustan
más. Así, transformáis vuestro apego por el
acto de la ofrenda y acumuláis todavía más
méritos. Pero, en este caso, no ofrezcáis nada impuro,
incluso aunque vosotros estéis apegado a ellos: quiero decir,
cigarrillos o drogas, por ejemplo. Es también la ocasión
de ofrecer un mandala del Universo, y de situar ahí todo
lo que vosotros deseáis.
Otra clase de ofrenda que se integra en la segunda rama es la recitación
de un himno. Hay uno que alaba la manera en la cual Amitabha desarrolló
ante todo, el espíritu del Despertar, después practicó
las diez perfecciones hasta la Iluminación y que celebra
igualmente, las cualidades de su cuerpo, palabra y mente.
Si vosotros lo recitáis, os ayudará a guardar en la
memoria las cualidades específicas del Buda Amitabha. En
el nivel mundano actuamos de igual manera. Cuando alguien hace algo
grande, hablamos de él. Alabamos las cualidades de nuestro
marido, esposa o de nuestros hijos. Pero este homenaje mundano está
impregnado de apego. Por el himno a Amitabha lo trascendemos.
Por la tercera rama de la plegaria reconocemos nuestros errores.
La práctica de la confesión está ligada a las
cuatro fuerzas, la que nos concierne aquí es la del soporte,
es decir, Amitabha. Es delante de él donde vosotros confesáis
vuestros actos negativos. Desde tiempos sin principio, hasta ahora,
yo reconozco haber hecho mal uso de mi cuerpo: matando, robando,
teniendo una conducta sexual incorrecta; de mi palabra: mintiendo,
creando la discordia, usando palabras duras o fútiles; de
mi mente: siendo envidioso, teniendo odio y profesando puntos de
vista falsos.
Todo esto yo lo confieso en este instante.
La rama siguiente es la alegría por los méritos. En
su base, es sinónimo de alegría simpática.
Nosotros estamos completamente llenos de emociones y cuando se manifiestan
en nosotros o en los otros nos sentimos felices. Esta alegría
tenemos que purificarla y transformarla. Es por eso, por lo que
nosotros cultivamos la alegría simpática. Debemos
pensar claramente en todos los que han desarrollado el amor altruista
y la compasión, que han servido a los demás, alcanzando
el estado de Arhat o de práctica Buda, que se han elevado
a través de los diferentes grados de Bodhisattva o que han
obtenido el Despertar. Y aquí, muy particularmente, debemos
pensar en la virtud acumulada por Amitabha, cuando él progresaba
hacia el Despertar: cómo él llegó a ser capaz
de reinar sobre Dewachen, rodeado de Arhats y de Bodhisattvas y
cómo enseña continuamente a los seres de este mundo.
Debéis pensar en todo esto y entrenaros en desarrollar la
alegría simpática. De hecho, alegrarse así
de los méritos de los demás, crea nuestro propio mérito,
pero únicamente si no lo hacemos para conseguir mérito.
Por la quinta rama nosotros requerimos a los Budas que hagan girar
la rueda del Dharma para el bien de todos los seres. Pensad que
Amitabha está justo, enfrente de vosotros, rodeado de todos
los Budas y Bodhisattvas de los tres tiempos y de las diez direcciones.
Pedidle que ponga en movimiento la rueda de enseñanzas con
consciencia, para que así, sean disipado todos los sufrimientos
de todos los seres. El resultado para nosotros mismos, de tal petición,
es que seremos capaces de seguir a los Budas y de acumular mérito
por la preservación de sus enseñanzas, igual como
lo hacen Chenrezy y Vajrapani, cerca de Amitabha.
La sexta rama es aquella en la que suplicamos a los Budas que no
se vayan al Nirvana. Los Budas no nacen ni mueren, están
más allá de estas condiciones, pero se emanan en formas
variadas para hacer retroceder la ignorancia de los seres, así
el Buda Sakyamuni se emanó en nuestro mundo y después
pasó al Nirvana. Pero esto no es como un hombre que muere.
Esto no parece así, más que para los seres de este
mundo. Cuando los seres de un mundo tienen un karma positivo, un
Buda se manifiesta. Cuando este Karma se agota, el Buda desaparece.
Es con el fin de crear un buen karma, que permita la aparición
de un Buda, por lo que nosotros hacemos la petición. Cualquiera
que sea el número de Budas que pueblen el Universo, puedan
ellos, no irse al Nirvana, sino continuar manifestándose
para el bien de los seres.
Debéis dirigir vuestra plegaria, especialmente al Buda Amitabha,
enfrente de vosotros.
Terminamos por la séptima rama, dedicando el mérito
acumulado por esta plegaria y por todo otro medio para que pueda
permitir a todos los seres renaciendo en Dewachen. Esto termina
la plegaria de Amitabha que nos hace acumular mérito.
Confesarse: hemos visto ya que es una de las siete ramas de la plegaria,
pero es también la tercera causa de renacimiento en Dewachen.
Nosotros cometemos todos, sin cesar, actos negativos, por el cuerpo,
la palabra y la mente y cualquiera ligado al ciclo de las existencias,
no puede escapar de esta regla. De ahí, la necesidad de confesiones
repetidas para purificarlas.
Si nosotros avanzamos tan lentamente hacia el Despertar es porque
nosotros proyectamos actos nocivos por la fuerza de nuestro Karma.
Hemos nacido en un mundo impuro, dotados de un estado mental que
da lugar a las emociones nacidas de la confusión y así,
nosotros no podemos evitar completamente los actos negativos. Sin
embargo, si los actos virtuosos llegan a ser más fuertes
que los no virtuosos, entonces nosotros progresamos hacia un karma
donde será, en última instancia, posible eliminar
definitivamente el mal. Es esto lo que se produce cuando se alcanza
el primer grado de Bodhisattva.
Hasta este estado lo negativo predomina. Acumulamos negatividad
cuando nuestra actividad física, verbal o mental está
movida por una u otra de las emociones de la confusión, tales
como el odio, los celos, el orgullo, el deseo o la ignorancia. No
se puede decir que las emociones sean en sí mismas negativas
sino más bien, el acto que se desprende de ellas.
¿Qué ocurre con esta negatividad? La negatividad reposa
en nuestra consciencia de base, bajo la forma de tendencias que
van a madurar en sufrimiento. Por ejemplo, renacer en un cuerpo,
constantemente enfermo o que sufre calor, etc. Desde tiempos sin
principio hasta hoy nuestra mente se ha encontrado obscurecida por
las nubes de la ignorancia y su proyección en actos nefastos,
a través de incalculables existencias. Las tendencias salidas
de tales actos se han depositado en nuestra consciencia base y algunas
madurarán en esta vida. Así, cuando somos tocados
por la adversidad, es que una de estas tendencias negativas ha madurado.
Como hemos actuado negativamente en innumerables vidas, muchas de
estas tendencias permanecen almacenadas en nuestra consciencia base,
listas para madurar en vidas futuras, si nosotros no llegamos a
purificarlas en esta. Una vez purificadas, estas tendencias no pueden
madurar de nuevo negativamente. Por tanto, es necesario buscar cómo
purificar las tendencias que aún permanecen en la conciencia
base.
El mejor método de purificar las negatividades es practicar
toda clase de virtudes. Lo que nosotros hacemos cuando pensamos,
estamos sentados enfrente de Amitabha y que nosotros le ofrecemos
la plegaria de siete ramas.
Nosotros podemos realizar igualmente las prácticas específicas
de purificación, tales como la meditación de Dorje
Sempa o las de las treinta y dos Budas de confesión. Sin
embargo, la base de toda purificación es tomar el compromiso
de no reincidir de nuevo, sean cuales fueran las circunstancias,
incluyendo la acción negativa más ínfima.
Como he dicho, vivimos en un mundo impuro donde es imposible evitar
completamente los actos perjudiciales, debido al hecho de nuestra
acumulación pasada de negatividades. Pero, si nosotros nos
esforzamos ahora en realizar todos los actos positivos, en nuestra
medida, llega a ser posible purificar y trascender todos los actos
nefastos que nos impone nuestra condición. Esto supone que
nosotros empecemos por desarrollar la consciencia del discernimiento
de nuestros actos. Numerosas acciones negativas son cometidas porque
no somos conscientes de lo que hacemos. Nos hace falta, además,
comprender por qué es importante purificar nuestros actos.
Acordémonos de que desde tiempos sin principio erramos en
una ronda sin fin en el ciclo de las existencias, acumulando lo
negativo, una vida tras otra, lo que nos conduce a intensos sufrimientos,
si nosotros no lo purificamos, y debemos encontrar, a toda costa,
los medios para esta purificación. Para ello, generamos arrepentimiento
de aquello que hemos cometido. Es igualmente, de una gran ayuda,
acordarse de las malas acciones perpetradas en esta vida, de manera
precisa, a fin de medir su peso. Esto constituye la tercera causa
que debéis mantener sin cesar, tanto en vuestra vida cotidiana,
como en la práctica específica de Amitabha. |
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:
Desarrollar
el espíritu del Despertar
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Es
la cuarta causa que permite alcanzar Dewachen. Desde el instante
en que nosotros damos nacimiento al espíritu del Despertar
no deberíamos nunca dejar nuestra mente disociarse de ello.
Esto no quiere decir que tengamos que pensar en ello en cada segundo
de la jornada, sino simplemente guardarlo en la mente. Cuando después
de recitar la plegaria de las siete ramas, os imagináis en
Dewachen, frente a Amitabha tomáis el voto del espíritu
del Despertar. Es el momento en que debéis tomar el compromiso
de actuar como hicieron anteriormente los Budas y Bodhisattvas y,
especialmente, Amitabha, es decir, desarrollar amor y compasión
para el bien de todos los seres. Esto es tomar el voto del espíritu
del Despertar en intención.
Después hacéis la promesa de que paralelamente a todos
los Budas y Bodhisattvas del pasado y como Amitabha, vais a practicar
las diez perfecciones y las otras cualidades, que son el corazón
de la actividad benéfica de todos los seres. Este es el voto
del espíritu del Despertar en acción. Es importante
pensar que tomar estos votos delante de Amitabha es un juramento
que os compromete verdaderamente.
Si nosotros no generamos el espíritu del Despertar nuestros
actos virtuosos tendrán poca fuerza. Las acciones negativas,
por contrario, serán muy poderosas, ya que ellas, residen
en el aferramiento del ego. Incluso una falta menor, conoce un resultado
impresionante. Hay que desarrollar el espíritu del Despertar
para que nuestros actos virtuosos lleguen a tener el mismo peso.
El espíritu del Despertar es la causa directa de iluminación.
Se distinguen dos clases de espíritu de Despertar: relativo
y último. Los dos están presentes, desarrollados en
total madurez, en el momento de la realización. El espíritu
del Despertar relativo se desarrolla por la práctica del
amor altruista y de la compasión. El espíritu del
Despertar último por la práctica de la meditación. |
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:
Desear
Dewachen
|
Es
otra manera de clasificar las cuatro causas, que incluye la confesión
como parte de la plegaria de siete ramas, por la cual creáis
el mérito y se hace del desarrollo del espíritu del
Despertar la tercera causa.
En esta clasificación la cuarta causa es llamada Desear
Dewachen, sea la versión integral, sea la corta plegaria,
por las cuales nosotros establecemos claramente nuestra intención
de renacer ahí. Si no recitáis estas plegarias todos
los deseos que hayáis podido expresar para renacer en Dewachen,
pueden madurar bajo otra forma, que será sin duda agradable,
pero no Dewachen, porque no habréis expresado vuestro deseo
con precisión suficiente. Esta se cultiva por la recitación
de la plegaria de deseos de Dewachen. Nosotros decimos: pueda
yo renacer en Dewachen, delante de Amitabha, en un loto abierto,
etc. La fuerza del deseo es tal, que, en el momento de la
muerte, propulsará la mente hacia un renacimiento directo
en Dewachen. Podéis recitar en tibetano o en vuestro idioma,
como os convenga, lo que cuenta es que comprendáis el sentido,
recitando las palabras.
¿Cuáles son los grandes beneficios de renacer en Dewachen?
Aquellos de entre vosotros que hayan practicado bien estas cuatro
causas, incluso si no han purificado totalmente las negatividades,
cometidas desde tiempos sin principios, lograrán renacer
en Dewachen. Una vez ahí, no conocerán más
obstáculos para su realización. Las condiciones adversas
tales como la guerra, la enfermedad, que mantienen la producción
de emociones perturbadoras no existen en Dewachen. Al contrario,
no conoceréis más que condiciones positivas, y no
os podréis perder el logro del Despertar. Llegaréis
a ser así una fuente de grandes beneficios para todos los
seres vivos. Por eso, es vuestra responsabilidad, practicar estas
cuatro causas en esta vida para la vida futura. |
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:
Sutra
de Amitabha
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Sariputra:
si los seres han emitido el voto en el pasado, emiten el voto
ahora o emitirán el voto en el porvenir de renacer en la
tierra pura del Buda Amitabha, todos estos seres alcanzarán
sin desviarse jamás el supremo y perfecto Despertar. Han
nacido en esta tierra en el pasado, nacen aquí, ahora.
Nacerán en el porvenir. Por eso, Sariputra, todos los hijos
y todas las hijas de bien, deben, si tienen fe, emitir el voto
de renacer en esta tierra.
Todos los Tathagatas, tan numerosos como las arenas del
Ganges, en las diez direcciones, alaban, todos juntos, las cualidades
divinas y las virtudes inconcebibles del Buda de Luz Infinita.
Todos los seres vivos que escuchan su nombre y creen en él
experimentan felicidad, llegando entonces a la Unidad del Espíritu.
Por medio de un corazón sincero, se ponen a desear el renacimiento
en esta tierra y obtienen transmigrar aquí en el estado
en el cual no se vuelve ya atrás.
Extracto del Gran Sutra del Buda de la Luz
Infinita.
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