Obstáculos  en  el  camino

 

En el camino meditativo los obstáculos son como señales que posibilitan tomar conciencia de una manera más profunda, cuestiones que, de no ser así, podrían pasar inadvertidas.

Estas dificultades van poco a poco desmantelando la actuación egoica que cuidadosamente intentamos perseverar. En el trabajo interior es un gran paso ir viendo las trampas que nos vamos tendiendo a cada paso que damos.

Nos acercamos a la meditación desde el sufrimiento egoico y no es fácil después desprenderse del juego que trae consigo el ego.

¿Cómo es posible trascender algo que ha sido el motor de la búsqueda inicial?

Para empezar es fundamental no detenerse en la búsqueda, es necesario seguir y seguir adelante con la capacidad de soltar lo vivido y encarar lo que se presenta en cada momento.

La práctica diaria, la profundización que se da en los retiros, reconocer a la Maestra y dejarse guiar por ella son pilares que pueden permitirnos ahondar con mayor comprensión y aceptación el sendero a transitar.

El empuje que recibimos de la Maestra nos ofrece momentos y experiencias de gran deleite. Estas vivencias pueden aparecer durante periodos más o menos largos en las que una se ve envuelta en el deseo y apego a querer permanecer ahí. Es entonces cuando puede irrumpir la capa mental oscura y arrastrarnos en su negatividad.

Vivir esta dualidad como situaciones separadas y juzgadas en el encuadre del bien y del mal es pura inconsciencia. La luz y la oscuridad son una misma realidad complementaria. Es necesario mantenerse abierta y flexible a las diferentes situaciones que se presentan y, en la medida de lo posible, seguir de manera armónica los movimientos y frecuencias vibratorias que se vayan dando.

Desde mi experiencia, una incipiente comprensión y rendición ante lo que hay me ha llevado a vivenciar a la vez lo positivo y lo negativo más allá de apegos y rechazos, que no son más que meros conceptos creados por el ego que pretenden ocupar un protagonismo que desde la atención lúcida y la respiración consciente es posible acoger y disolver.

Darle importancia al ego es quedarse con la experiencia una vez que ya ha pasado y enquistarse en ella.

A medida que se van relativizando las vivencias el espacio de observación se amplía, la realidad se objetiviza y hay un darse cuenta del enmascaramiento autocreado alrededor de lo vivido como percepción.

La percepción incorrecta ante las sensaciones y emociones que se presentan son un gran obstáculo en la danza del Despertar Consciente hasta que se va comprendiendo que es una bendición dada desde la luminosa energía consciente la posibilidad de ver tanta oscuridad y vivir la vida en completa globalidad.

Es así cómo en periodos bastantes amplios con mi ser real he vivido que en mi esencia soy una individualidad libremente gozosa pero también he comprendido que para enraizarme en mi esencia original antes tiene que desaparecer completamente la personalidad ficticia que he creado: el ego.

Ciertamente entiendo que para ello antes deba vivir los actuales periodos de oscuridad y luz que los contemplo como un buen material de trabajo meditativo en la danza de la vía del Despertar Consciente.