VISIÓN PROFUNDA
Y ACCIÓN DE LA SABIDURÍA

 

Los significados que se atribuyan al término “visión profunda” serán diferentes en función del bagaje cultural y los conceptos acumulados por el intelecto de cada persona.
Pero en  definitiva, no se accede a una comprensión profunda de la mente a base de acumular definiciones. Esta meditación se vivencia, más bien, a través de una práctica, a la que le haya precedido una preparación correcta en la observación lúcida de los fenómenos físicos y mentales.
El sentido real de la experiencia de la visión profunda, radica en conectar con la visión de la Sabiduría profunda de la mente. La vivencia de ver la Verdad como Verdad no se puede fabricar. Es una experiencia de la mente que sucede por la acción espontánea de la Consciencia, cuando en un ser se da la apertura necesaria que posibilita que actúe en él.
Si miramos las cosas con el ojo desnudo de la mente, sin conceptos, la visión será diáfana. De manera similar, si vemos con Sabiduría, no nos dejaremos confundir por la ilusión.
En la mente prevalecerá la alerta lúcida y mucha claridad. Este es el modo de ver sin imaginación ni especulación.
En él no hay dualidad. No existe sujeto alguno que mire sino simple visión de las cosas tal como son. Se trata, por tanto de una visión sin distorsión, sin separación de lo contemplado.
La visión profunda penetra también a través de los muros de la ignorancia y va más allá. Contempla la realidad.
Toda la ignorancia se disuelve en contacto con la Sabiduría.
Su visión purifica la mente eliminando todo resquicio dual.
Corta de manera implacable todo apego egoico y demuestra que no existe ningún “sí mismo” falso separado de la Realidad.
Es importante comprender que la Sabiduría no es una persona individual en particular
.  Es la Realidad, que junto a la Compasión se expresa a través de la mente profunda humana. Su acción, a veces muy implacable, tiene siempre como objetivo beneficiar a todos los seres sintientes.
Si en el ser que se acerca a la energía de la Sabiduría hay una clara comprensión de que tras su acción de cortar y eliminar la ignorancia no se oculta ningún “yo falso” separado de la Verdad, no albergará en su corazón temor alguno a ser dañado.
Comprenderá que lo que se elimina y corta es la idea egoica ilusoria que, necesariamente, ha de trascender para establecerse en la visión despierta de la mente.
Para adentrarnos en la Visión profunda hemos de orillar a un lado las ideas y los conceptos. Si, por el contrario, nos dejamos atrapar en ellos, serán un serio obstáculo para alcanzar la comprensión de la visión real. 

Niveles de la Visión profunda:
A)
   La capacidad de ver todas las cosas de forma objetiva, muy clara y perfecta.
B)
   La total purificación de todas las impurezas de la mente desde una Visión profundamente silenciosa de la realidad.
Todos los que seguimos las enseñanzas Universales de Buda, si al igual que Él, ponemos toda nuestra inteligencia y energía en la meditación que nos conduzca al total despertar de la mente, también como Él, referencia e indicador en el camino, tenemos la capacidad de despertar.
El principio consciente, que hace posible despertar, reside en todo ser humano. También la Consciencia es la misma en todos los seres.
Lo esencial es comprender la realidad tal como es, la REALIDAD-VERDAD de la Existencia que libera al ser de toda ignorancia. 

¿Cómo culmina en nosotros la meditación de la Visión profunda?
Cuando, a  través de una práctica disciplinada de la atención vigilante, de la observación lúcida, la mente se hace presente en cada ahora, más allá de la mente pensante y el ser se establece en la mente consciente, donde reside la Sabiduría. Es Su acción la que nos lleva a comprender nuestros estados mentales y todos los contenidos de la mente. Los comprendemos tal como son. Nos damos cuenta de cómo aparecen y desaparecen todos los fenómenos: físicos, mentales...Al ser conscientes de todo lo que sucede, comprendemos la naturaleza de los fenómenos.
El obstáculo principal para establecernos en la mente profunda consciente es el EGO, que siempre interfiere en la práctica meditativa. Tampoco debemos rechazarlo. Sólo comprenderlo con paciencia, a través de la observación silenciosa.
En resumen, se trata de que pongamos toda la energía en una práctica meditativa disciplinada. Pero además, y esto es lo más importante, con  total confianza en la acción espontánea de la Sabiduría que es la que tiene la capacidad de disolver todas las pretensiones de la mente egoica, sus aferramientos y rechazos a esto y aquello, instalándonos, así, en la absoluta libertad del desapego.
Buda dijo: “...De todas las cosas condicionadas y no-condicionadas, el desapego es la mejor.