EL PRESENTE ES MAGIA
 

El presente es magia. La gran magia de la VIDA expresada ininterrumpidamente en un instante que sorprendentemente se regenera, novedoso y creador, en el siguiente instante. Es instante eterno y plenitud en cada instante. ¿Qué pasado y qué futuro puede necesitar un presente asombrosamente pleno? Vivir en el presente es vivir conectado a cada palabra, a cada gesto, a cada silencio, a cada paso, a cada aliento. Es descubrir que cuando se está atento, la vida se expresa generosa hasta en los sucesos más pequeños; es aprender que no hay hecho adverso, por duro que este sea, en el que la VIDA no se ofrende para nuestro mayor crecimiento; es comprobar que la Consciencia va encajando todas las piezas del puzzle de nuestra vida sobre el altar de nuestros apegos muertos. Vivir el presente es abandonarse sobre el vientre fértil y acogedor de la Consciencia, como un niño confiado, que no necesita más seguridad que la de saberse bienamado, que no necesita más referencia que la plenitud de su ahora y la infinitud de su experiencia.
Vivir el ahora es sentir el gran poder de los seres que ya no tienen nada que perder, porque paulatinamente fueron dejando en el camino su mochila llena de recuerdos y su ansiado futuro de proyectos inciertos. El poder del ahora es el de los seres sin esperanza alguna, desnudos, desprovistos de toda armadura. El poder del ahora toma del viento sus alas y planea, armonioso, sobre bosques y desiertos, sobre aguas turbulentas y mares quietos, sobre cordilleras nevadas y volcanes de ego. El poder del ahora se manifiesta en las almas despojadas que ya no viven anhelo, que no esperan consuelo, que no padecen infierno, que no ansían un cielo, que en tal privación han encontrado su plenitud de universo.
La magia del presente reside en el gran poder transformador de la Consciencia, que hace del momento vivido en su Presencia, experiencia irrepetible; del lugar en el que habitamos, un templo; y una acción sagrada de cada gesto. La Consciencia es magia expresada en cada ahora, para quien se sabe su instrumento. ELLA saca de la chistera de la VIDA la sonrisa que ofreceremos a un compañero, la situación idónea para trabajar un ego, la dificultad calculada que nos recuerda que todavía somos pequeños, la compensación gozosa para cada desapego, la libertad del pájaro de libre vuelo.
A través de la vivencia del momento en la Consciencia comprobaremos que nuestro ser profundo es inmutable ante los avatares del ego. Así podremos vivir la tristeza de un acontecimiento desde el gozo profundo y fecundo que emana de los seres conectados, a través de su esencia, a su dimensión de universo. Las sensaciones de tristeza, abandono, desánimo, desamor, dependencia y cuantas otras podamos vivir, nos llegan por no haber comprendido todavía que nuestra esencia es una realidad ilimitada de gozo, protección, energía, amor y libertad. Mediante la vivencia en el Presente-Consciencia se va transformando todo este sufrimiento en poder creativo. Todo este infierno en fusión con la Consciencia podrá llegar a ser un gran elemento transformador de nuestra vida. El temple de la espada nace de la interacción del fuego transformador y del acero. Del mismo modo el fuego de la Presencia-Consciencia transmutará nuestro poderoso ego y su consiguiente infierno en el filo certero de la espada del discernimiento. No deberemos, por tanto, vivir los acontecimientos que nos lleguen desde la dualidad “bueno-malo”, ni podremos rechazar, ni luchar contra las constantes manifestaciones de nuestro ego. Más bien las miraremos, la comprenderemos, nos abriremos a ellas en tanto en cuanto son materia necesaria para nuestra propia transformación, confiando en que el herrero omnisciente de la Consciencia vaya templando con su fuego, sobre el acero de nuestro ego, el filo de la espada de nuestro despertar.
Vivir en la Presencia-Consciencia es no hacer NADA más que ofrecernos a la Consciencia en absoluta DISPONIBILIDAD.