EL
CUERPO EMOCIONAL ACUMULADO
A pesar del tiempo transcurrido... cuando evoco los ilusorios
pensamientos, recuerdos, siento aún dentro de mí, a ese niño vagabundo,
irrumpiendo por todas las habitaciones de la casa, en busca de algo,
aparentemente invisible, inquietante, indefinido.
Con el paso de los años,
he logrado comprender, que lo que el niño de ayer, con ansiedad buscaba,
era la salida del apabullante laberinto, que el mundo de los adultos, le
había preparado con esmero.
Guardo todavía en mi corazón, como si fuera
real, el desconcierto que me produjo, el primer día de escuela, la muerte
de mi abuelo, su silla vacía...
Y entre divagación y pensamiento, resuena
en mis oídos un coro parroquial y un órgano envolvente, Primera Comunión,
Dios nos sonríe, niños y niñas de inmaculados trajes, nervios, temores,
regalos, alegría agridulce, Eternidad y Pecado.
Aquel marinerito de blanco
con galones, se fue difuminando... lentamente, entre la bruma y los
vientos.
Implacables cabalgan, del calendario las hojas y aquel niño
comulgante, tiene ahora barba y pelo largo... tiempos sociales,
revueltas, estallidos, amenaza constante, reniego puño en alto, Dios ya no
existe, solo es un impostor, la imaginación al poder, consignas
victoriosas, burbujas ilusorias de pompas coloridas, ... se estiran, se
agrandan y se rompen... De aquel gran fresco imaginario, de encendidas
tertulias, por no quedar, ya no queda ni el humo. Hoy, en el espejo
inmaterial de la vida, confluyen el niño de ayer, el inquieto buscador y
este adulto canoso, que todas las mañanas, no sin dificultad se reconoce.
Las mismas preguntas sin ser respondidas, los miedos escondidos a
responder, las mismas emociones no actualizadas, pensamientos e ideas,
hostigando sin tregua.
La vieja piedra, de antaño conocida, se ha transformado en muro, en
asfixiante celda... ¿Qué puedo hacer para soltar, este nudo de horca,
ladrón de vida, que me ahoga?
Aceptando
quién soy, como me vivo y a lo que desde mi fondo profundo aspiro. La
llave para abrir, la imaginaria egoica fortaleza, tan solo la encontré en
meditación... Shiné, decimos los budistas, hay muchos nombres, que
intentan definirla, mas qué más da, si la meta final, para todos, es la
misma. Relajando mi cuerpo en postura adecuada, consigo que la mente,
también busque su calma, profundo respirar en el comienzo, distiendo el
abdomen contraído, presto atención, estoy en el camino.
Tablero de
ajedrez, campo abierto de lucha, el ego se resiste a mi estrategia, una
lluvia incesante, de recuerdos antiguos, proyectos futuros, un poco de
todo, para que no falte nada. Ten paciencia, ten calma, me repito a mí
mismo, no culpabilizo la distracción vivida y vuelvo a comenzar de nuevo.
No me enfado, no me irrito, sonrío abiertamente, mirándolo todo como la
ilusión que es, no es difícil hacerlo.
Me dejo llevar, sin resistencia,
aflojando mi cuerpo y amplío con distancia la mirada, nada me toca, nada
me araña... y así con la práctica disciplinada, sin darme cuenta, un día,
me encontré estando cerca y lejos, cada vez más lejos. A cámara lenta los
pensamientos veo, algunos son de carcajada y en otros, alguna lágrima sin
rubor se escapa... Mas no me asusto, todos llevamos parecida carga y
pisamos la misma fatigosa arena. El corazón encendido y la luz en mi
cabeza, instante de puro Gozo, me anuncian, de la “Presencia”, nada es
posible esconder, dejo que salga a la vista, el inconsciente importuno,
ese canalla asesino, que sigo llevando dentro, que muestre todo su juego,
que enseñe todo el engaño.
A la luz de la “Presencia”, se esfumará por
encanto... y si he estado atento, en esta lucha de fuerzas, he visto todo
el proceso, la emoción perturbadora, en la expiración soltada, va
perdiendo su batalla y aunque vuelva en otro instante, yo la volveré a
soltar.
En la inspiración consciente, recupero con vigor, el aliento de mi
esencia y en la expiración consciente, aquel lastre que aparezca, aquella
mala pasada ó aquel amoroso enganche, SUÉLTOLOS... simplemente.
Eres la zarza ardiente que habló en
el Sinaí con Moisés.
Tú eres la luz presente, en todo instante
desde que el mundo fue y antes de serlo,
torrente de Amor, caudal sin fin,
sacias la sed del corazón herido
liberas a la mente de cegadores velos.
Tú tienes el poder de disolver, con tu sola Presencia...
la ira, la envidia, los engaños, la avaricia, los celos , la codicia.
Pueda vivir en Ti en el Ahora
pueda vivir en Ti cada segundo
en un cálido nudo de abrazo perpetuo
y extender tu calor, allá por donde pase
y morir y volver, una y mil veces
hasta el Total Despertar de todos mis hermanos
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