Más allá de las redes egoicas


En el molde ignorante de un cuerpo humano,
para liberar el doliente, desgraciado abismo de confusión,
al buscador innato todo le queda por aprender.


Su trepidante mundo interior
descubierto en ese primer encuentro
con la meditación que le acerca
a la energía de la Sabiduría,
es sacudido por el acontecimiento inesperado
que apunta expresivamente
hacia una nueva profundidad de su vida.


Un ser confuso, desorientado en la aflicción del caos,
entra en contacto con una fuerza potente,
auténtica, que no le permite adaptarse
a los estímulos externos de irreal felicidad.


El aprendiz meditante se encuentra
ansioso de aprender técnicas,
de captar la especial energía
que puede proporcionarle placer espiritual.
Se aferra a una potenciación egoica
reforzando un burdo entresijo egotista.


La implacable Sabiduría Compasiva de Dorje Chang
hace trepidar los cimientos de su inconsciente,
cayendo la ignorancia ególatra,
el ser tiene el descubrimiento grandioso
de su auténtica identidad profunda,
entrando en conexión con lo indescriptible
de la naturaleza de su esencia mental.


Vive un despertar interno
con una espiritualidad muy peculiar,
que extiende la individualidad
compartiéndola con todos en unidad.