Vuelo del espíritu

 

La visión profunda corta las capas de miopía
que llevan a creer en un yo egoico,
como si fuera el yo real,
sometiendo al espíritu a permanecer
con las alas plegadas,
impidiéndole volar
al espacio no dual.

 

El ser, libre de la prisión egoica
de todas las sogas del deseo-apego
y de esto y aquello,
se eleva en un vuelo muy alto
hacia la auténtica espiritualidad
que ve en todas las cosas la Verdad
del juego Consciente del Espíritu.

 

Descubre una nueva belleza y sensibilidad
en la energía de una vida
que se mueve en una intensidad vibrante,
lejos de la mente pensante,
expresa el espléndido talante
de su estado puro original,
que fluye de manera natural
en su naturaleza consciente,
donde se revela la Sabiduría
que rige éste y todos los mundos.

 

Y desde el clamor a la Vida en todos los seres,
también del hombre en este pequeño pedazo de la tierra,
una voz orquestada se alza,
para que se revele la Gloria
que ya está Aquí-Ahora.

 

La fuerza consciente, en su místico girar
en éste y otros planetas,
atraviesa las capas de inconsciencia
que no son más que enigmáticas sombras
de la plena Consciencia,
hasta que todos los seres se abran,
se reconozcan, en la grandeza
de la definitiva Hora Despierta.