Radiante Espiritualidad 

 

A la Radiante Espiritualidad,
existente por sí misma,
no hay qué, ni quién 
pueda mancharla,
ni definirla como un objeto parcial.

 El acercamiento a la luz
en el hombre ordinario,
atrapado por sórdidas apariencias,
hace emerger la oscuridad ficticia de su falso yo,
volviendo a las horas  inexistentes 
de las orillas de río de la confusión
con fatales sueños ya soñados.

La genuina aspiración
y el discernimiento meditativo,
hacen que su auténtico ser
dirija el proceso interior y exterior,
desde la visión profunda esclarecida
fluyendo en el fluir 
del poder espontáneo de la consciencia,
que purifica las sombras negras de culpa
que quedan latentes en su pecho fantasmal.

 La llama de la sabiduría irrumpe
en su espíritu,
artífice del nuevo gozoso deleite
y su ser  se siente investido
de una infinita identidad.