Fuego de sabiduría que no quema

 

Encerrado en la cáscara del  ego,
limitado y pequeñito,
era un imposible hito
danzar gozosamente en el espacio
de luz y colorido infinito.

El fuego de la sabiduría
dejó al ego de muerte herido,
abriendo las compuertas
de la aspiración-devoción,
el ser  voló a lo más querido.

Libertad de toda atadura
cuando del ego se ha salido.
El encuentro del vacío luminoso,
juguetón y divertido,
es el espacio real lleno de cordura.

 

Sabiduría que llenas de ternura
el abrazo de la compasión imparcial.
No te han reconocido en el camino
los que defienden el nihilismo
con semejante desatino.

El calor del fuego místico
hizo que  no fuera un mito
la danza del nirvana en el samsara,
en cada aquí y ahora,
con esa calidez que delicadamente enamora.

 

En un juego entretenido
Nirvana en el samsara escondido,
Cual luz brillante aparecías,
vibrando la lila del amor,
la ilusión de lo aparente deshacías.

 

En este libre vuelo cual pajarito
El  ser no necesita de ningún rito.
A los cuatro vientos va este grito:
nirvana, no eres sólo para unos pocos,
que tu juego de amor nos vuelva a todos locos.