El ideal del Bodhisattva

El gran corazón del Bodhisattva abierto de par en par
no necesita elaborar un guión argumental para su ideal.
Adentrarse en su sendero no es un cometido superficial,
es el crecimiento grandioso, natural en la vida espiritual,
llenando de un amor total el transcurrir humano habitual.

En el corazón del Bodhisattva arde la llama de anhelar
a que todos los seres alcancen la liberación en el despertar;
sin rehuir el riesgo evidente de la entrega incondicional
trabaja para que la Consciencia Atemporal
pueda ser reconocida por ser humano temporal.

La inspiración directa impulsa al compromiso inicial
a continuar, una y otra vez, en su esfuerzo imparcial
de lucha para promover en todos el Conocimiento no dual.

Estando latente la inercia y oposición del humano actual
a la búsqueda de la Verdad, ve que la meta a alcanzar
es arriesgada y difícil para un espíritu reacio a cambiar
la negra desesperación de pecado-culpa en el soñar
en una condenada aflicción que penaliza la libertad para amar.

Por ello el Bodhisattva invoca al amor infinito del Buda Primordial
para que en una forma humana descienda a la tierra a salvar,
transformar la oscuridad ignorante de la noche conceptual,
a fin de que el decepcionado y frustrado ser humano
sea trascendido y dé el paso al despierto ser real
del corazón del Tiempo Atemporal,
junto con todos los seres, en la esplendida pureza original,
gozando de la belleza de la nueva aurora Espiritual.