POR LOS OBJETOS
COTIDIANOS
Los rayos del sol dibujan caminos,
establecen puertas, cierran
oquedades de sombra.
Lo inusitado se despliega en el instante.
Pocas miradas saludan su brillo.
Las etiquetas y los nombres
cubren con su patina opaca
el paisaje ya simplificado.
La magia se desliza ligera
sin acariciarnos con su luz;
Perdidos, dormidos, sonámbulos,
tan tenazmente arrastrando
enormes montañas
de virutas de sueños.
Más sufrimiento que nadie,
más placeres por segundo,
más esperanzas decepcionadas,
más, más, deprisa, deprisa,
se quema, sin calor la llama.
Huyen por el gris frío metal
las blancas alas de la risa,
las anaranjadas lenguas del deleite.
La magia huye ligera,
sin acariciarnos con su luz,
perdidos, dormidos, sonámbulos,
acumulando virutas de sueños,
despojos de espejismos.
Ven, despierta y escuchemos
en el hogar profundo reconocido,
la paz y el silencio profundo
de la consciencia,
aquí y ahora, aquí y ahora.
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