EL FLUIR DE LA ATENCIÓN

 

I

Sólo al que nada se apega
Se le entregará
El basto universo.


II

¿Qué miras tras mi cuerpo?
La voz que habla, muchas veces,
Tras el miedo? Los pensamientos
Que no soy yo? Una música 
Que oyen, de pronto, en el silencio
Sonidos vibrantes, nuevos, ocultos
Tras lo reiterado, tantas veces,
De lo cotidiano y familiar?

¿Qué miras tras mis días?
Apretada agenda de actividades
Tan importantes como triviales,
Tan llenas de ilusiones que
Se desvanecen en el vacío del
Cansancio, muchas veces estéril
Del camino andado hacia ninguna parte.

¿Qué miras tras los ojos que miran?
Una luz nueva, unas nubes irrepetibles en el cielo.
Brillos y sombras de los objetos
Que la rutina de lo conocido
Ocultaba en sus garras 
De indolencia desgastada.

Muerte callada de las cosas
Que resucitas
En tu inquietante presencia
De observador.
Traes lo nuevo
Como un ramo perfumado
Que cogiéramos ahora,
Del jardín misterioso de los días.