FILOSOFÍA
DE LA PSICOLOGÍA EN ORIENTE Y OCCIDENTE
Etimológicamente es Psicología discurrir o tratar acerca
del alma. Filosofía es el amor a la sabiduría. Por tanto,
filosofía de la psicología es el amor a tratar acerca del
alma.
El primer quehacer de la Sabiduría- y seguramente, el
último también- tal como figuraba en el templo de Delfos
de la antigua Grecia, es "¡conócete a ti mismo!".
Sobre el Amor, decía Platón que amamos lo que
no tenemos. Aquí se nos presenta el primer problema: el alma
siempre ha sido algo huidizo. En ello está el quid de la
cuestión; el alma es siempre lo otro: alteridad, otredad. Alma
es lo que no tenemos, el deseo o aspiración profunda. Por eso el
mundo del alma es el mundo del revés: en él, el macho es
hembra y la hembra macho, la muerte es boda y la boda muerte, la locura
es sentido que orienta hacia delante y la cordura es obstáculo
que crea enredos.
Entonces, en el esfuerzo de autoconocimiento, incluido en el
conocimiento del yo, está el conocimiento de la otredad. La
verdadera filosofía, la verdadera psicología profunda, es
una gnosis, una sabiduría trascendental. Gnosis, en éste
sentido amplio es conocimiento, ausencia de la ignorancia de donde
viene todo mal. Por tanto, no se trata de algo meramente intelectual.
Es decir que éste conocimiento, no es movimiento o
acción que va de una parte a otra. Plotino explica muy bien como
"es imprescindible al que actúa (y el pensamiento es una
acción puesto que es cambio), actuar sobre otra cosa, o si
quiere actuar sobre sí mismo, ser múltiple. "El
pensamiento siempre impone otredad, dualidad". Es imposible que el
pensamiento permanezca uno"(Enn.V,3, 10)
Precisamente, mas adelante, define el Uno como "lo primero
que piensa el pensamiento, antes de pensarse a sí mismo".
Así que ésta gnosis, no es una cosa
intelectual, ya que su objetivo es conseguir la unidad: precisamente la
unidad de los contrarios. En cambio el objetivo del intelecto es
diferenciar.
Pero de entre todos los pares de contrarios, el mas
importante, es el que ciencia y filosofía crean: división
del mundo en sujeto y objeto. Intentaré mostrar cómo se
dio ésta división, y cómo no es el único
camino.
Antes de que alguien pierda la paciencia, habrá que
decir que generalmente la psicología actual, no se ocupa del
alma, ya que no la considera un concepto científico. Pero
¿qué es la ciencia? Algo creado por el ser humano. Un
invento encontrado en la búsqueda de la sabiduría, algo
para contestar a nuestras preguntas e inquietudes. Preguntas:
aquí está la esencia del ser humano.
¿Qué es para el ser humano la vida?
Experimentar.
El ser humano es el que experimenta y se mantiene atento a la
experiencia. Pero para que la experiencia aparezca, para que se de,
hacen falta dos extremos: el conocedor y lo conocido, algo que se
experimenta y alguien que lo experimente. ¿O hay experiencia sin
ese alguien? Dejaremos la respuesta a ésta pregunta para mas
tarde.
La ciencia occidental- ciencia a secas, valdría decir-
ha intentado describir lo mas exactamente posible "eso" capaz de
experimentar. Haciendo un paréntesis podríamos decir que
son posibles otros tipos de ciencia, como menciona el sinólogo
Joseph Needman, o como el mismo Hegel que define su
fenomenología como ciencia de la experiencia de la conciencia;
pero esto no se acepta demasiado bien oficialmente, por tanto no me
meteré ahí.
Dejando a un lado el paréntesis tomaré la
posición de Heidegger a propósito de Platón, para
explicar ésta historia —o éste mito-, el de la
ciencia.
Según Heidegger, Platón lleva a cabo un viraje
en la metafísica al cambiar el concepto de verdad. Hasta
Platón se entendía la verdad como "a-letheia"-aparecer,
revelación, des-ocultamiento. Así entre los
Presocráticos, la verdad era la presencia misma, el mismo
aparecer de lo que aparece a la luz: "fysis"; el hacerse o nacer de lo
que tenemos delante. En cambio desde Platón, la verdad se
entiende como "adecuatio rei ad intellectum", adecuación de la
cosa al intelecto. Por tanto será oro verdadero, aquello que
corresponda al concepto "oro", la verdadera belleza-en lugar de ser una
experiencia-será aquello que corresponda al concepto de lo bello.
En resumen, sin entrar aquí demasiado, con
Platón o con los epígonos de Platón, comienza una
nueva manera de ver el mundo, el asombro de vivir, en el pensamiento
occidental, se dirigirá hacia los entes, hacia las cosas que
son, olvidando la pregunta por el ser. En lugar de asombrarse y
preguntarse por la luz, preguntaremos por las cosas que aparecen a la
luz.
Por eso, según Heidegger, la metafísica
occidental se reduce a la teología. El problema del ser, se
reduce al problema del ente de los cielos, del ente supremo. Dicho mal
y pronto, si es que la imagen es válida, los metafísicos-
con honrosas excepciones- hacen una especie de zoología de Dios,
cómo si fuera un ente objetivo, exterior, sólo que muy
grande.
En consecuencia, comienza a trabajarse, a pensarse el objeto (
ob-yectum, lo arrojado delante, lo que yace delante), lo que es
conocido, dejando a un lado al conocedor.
Así se entiende fácilmente la
clasificación que hace Jung: pensamiento oriental, introvertido;
hacia el interior; y pensamiento occidental, extrovertido, hacia el
exterior. Sin embargo, algunas corrientes minoritarias de pensamiento,
continuarán introvertidas pero escondidas. Entre ellas el
Hermetismo, la Gnosis, la Alquimia...Tengamos en cuenta que en cierto
modo los alquimistas son continuadores de los Presocráticos,
tanto en su método(póiesis), cómo en los
contenidos (arjé u origen de todas las cosas)
Siguiendo adelante, llegamos a la revolución
científica. En ella ese viraje que Platón imprime a la
metafísica, aunque desde luego en otro modo, llega a la madurez.
Con Galileo, lo único real será lo que se puede
medir y pesar. La verdadera objetividad; la que busca la ciencia,
está en la figura y la medida. Este punto de vista se
manifestará totalmente en el determinismo de Laplace:
será posible prever cualquier suceso futuro del mundo una vez
conocidas la velocidad y posición de todas sus partículas
en un momento determinado.
Descartes explica muy bien la raíz filosófica
de ésta postura. En el mundo hay dos sustancias (sub-stare, lo
que permanece debajo a través de los cambios); por tanto dos
cosas que existen por sí, sin necesidad de otra cosa: "res
cogitans" y "res extensa"; pensamiento y extensión, sujeto y
objeto. De la sustancia que tiene extensión, se ocupará
la física (entendida como mecánica). El resto de las
ciencias, se esforzarán en imitar a ésta mecánica.
El ser humano se convertirá en el amo del universo y
creerá que éstas fuerzas mecánicas recién
conocidas deben ser aprovechadas, tomando así a la naturaleza
por un gigantesco almacén inagotable que le provee suministros.
Poco a poco va a aparecer también una ciencia del sujeto, por
supuesto al modo de la exitosa física mecánica. Por
tanto, la psicología, presuponiendo ésta
metafísica u ontología implícita, se
ocupará de las sensaciones subjetivas correspondientes al mundo
físico, objetivo.
Después de madurar, las cosas se pudren; o visto de
otro modo, después de pudrirse el fruto ( mecanicismo ), brota
una nueva flor. A finales del siglo XIX, empiezan a ponerse en duda los
principios del mecanicismo y con ello entrarán en crisis todas
las ciencias hasta nuestros días. Aunque resultaría largo
exponer toda ésta crisis, y por ello no vamos a hacerlo,
mencionaremos a Ernst Mach, tanto por la crítica que hace de
Newton, como por la crítica al concepto de sujeto. Aunque en los
manuales Mach figura como partidario del positivismo, habría que
ver dónde se fundamenta ese positivismo. Desde luego, no tiene
que ver con el de Comte. Tiene mas relación, cómo el
mismo señala, con la negación de Hume de substancia y
sujeto por no evidentes y con el idealismo empirista de Berkeley.
Por lo que respecta a Newton, Mach comienza por negar la
existencia del espacio absoluto. La inercia de un objeto es creada y
condicionada por el resto de materia del universo. Por tanto, una
centrifugadora, por poner un ejemplo, aislada del resto del universo,
si es que fuera posible, dejaría sin secar la colada. Esto
quiere decir que el espacio no es independiente de la materia que lo
ocupa. No es como sostenía Newton el recipiente de todas las
cosas, aparte de los objetos. Si no hay espacio absoluto, entonces todo
movimiento es relativo con respecto a otro objeto. Por tanto, espacio y
materia, forman un todo único, un único "continuum". Este
punto de vista tuvo una gran influencia en Einstein; es decir en el
relativismo que refuta el mecanicismo.
Todavía mas lejos, niega la substancialidad de la
materia. Lo que llamamos materia no es mas que un conjunto regulado de
relaciones entre sensaciones. Las sensaciones de un ser humano se
coordinan entre sí, de la misma manera las sensaciones de un
grupo humano, llegan a ser parecidas. De modo que aquí tenemos
el origen del concepto de materia, por tanto la materia no es algo
incondicionado y permanente, aparte de nosotros. La materia no es una
substancia, algo que exista por sí mismo.
Con el concepto de "yo", ocurre algo parecido según
Mach. El "yo", no es nada aparte de un conjunto de recuerdos,
sentimientos y sensaciones ligadas al cuerpo. En el "yo", no hay nada
permanente, por tanto, el "yo" no es algo substancial. Lo que existe es
un "continuum" sin divisiones, no hay auténtica
distinción entre sujeto y objeto. Todo lo que existe no es sino
experiencia.
Como decía Heráclito, lo que hay no es mas que
un continuo devenir.
En suma, lo que nos interesa, es que ésta crisis de nuevo
plantea la pregunta escamoteada: ¿qué es el ser?
Ya el poeta romántico Novalis decía: "siempre
andamos buscando lo incondicionado pero lo único que nos
encontramos son cosas". El ser está antes que todas las cosas,
porque no es una cosa, sino una apertura, aquel hueco en el que las
cosas aparecen. Desde siempre, la imagen del ser ha sido la luz. En
palabras de Roger Garaudy: "entre las cosas invisibles, la luz es lo
primero que puede verse". Pero para ver la luz, es necesario algo que
refleje sus rayos. La luz no se ve de por sí, la luz se ve en
los objetos que aparecen a la luz. Aquí damos con un tema
realmente interesante; el alfa-omega. ¿Por qué se
desdobla el Uno al hacer la "Creación"?¿Cómo puede
ser que de lo Uno aparezca la multiplicidad? He aquí por
así decirlo una "llave filosófica": para conocerse a
sí mismo. Según Hegel, la Creación es una
estrategia del Espíritu. Mediante ésta estrategia, lo que
estaba "en sí" (sin conciencia), pasa a estar "para sí"
(consciente).
El mismo motivo, aparece en casi todas las filosofías
místicas occidentales u orientales (Plotino, Herméticos,
Gnósticos, Scoto Erígena, Avicena, Advaitismo
hindú...) El tema se ilustra muy bien en una historia
sufí.
Erase una vez un hombre. Tenía de todo, pero no era
feliz porque le faltaba sabiduría. Entonces fue a ver a un
sabio. Después de explicar su problema, el sabio le envió
a buscar la camisa del hombre más feliz del mundo, para que
lograse la sabiduría. Después de mucho tiempo, cuando
hubo recorrido todo el mundo, encontró al hombre mas feliz del
mundo. Horrorizado, descubrió que no llevaba camisa. Luego de
mirar bien la cara del hombre mas feliz del mundo, se dio cuenta de que
era el sabio del principio de nuestra historia.