EL
REFUGIO
Este texto fue escrito por el XVI Gyalwa
Karmapa a fin de esclarecer la importancia y el significado
de la toma de refugio, base y extremo de toda la enseñanza
del Buda.
Refiriendo los 12 actos por los que un Buda manifiesta el
Perfecto Despertar, el Gyalwa Karmapa muestra a continuación
como el Refugio engloba los tres vehículos progresivos
o las tres vías de la explicación de la doctrina.
Mediante la exposición de las cualidades de los objetos
de refugio, el Gyalwa Karmapa da todo su realce a éste
compromiso, que sin ello quedaría vacío de
su significado esencial. La integración perfecta
de estas cualidades equivale, en efecto, a la obtención
del despertar, así de ilimitada es su comprensión.
La actualización del refugio desemboca en la realización
de la naturaleza de la mente y de las apariencias, y la
demostración se concluye con la explicación
de la Bodhicitta, esencia misma del despertar. El texto
tibetano original está escrito de manera muy densa
y concisa. Cada palabra es por sí sola una enseñanza
y sugiere múltiples referencias. No sería
inútil meditarlas como tales.
Con respeto, me postro delante de los Gloriosos Lamas que
son la esencia de los Budas, de la Doctrina y de la asamblea
de los Bothisattvas. Así nuestro maestro, él
mismo, después de haber engendrado el Espíritu
del Despertar, reunió las acumulaciones durante tres
eras incalculables, a la salida de las cuales apareció
como Gurú, hijo de brahmán, del tiempo del
Buda Kasyapa .
Habiendo transmigrado, tomó nacimiento como hijo
de un Deva, por nombre Dampa Tok Karpo.
Mientras que la duración de la vida (humana) era
de cien años, vio, por su conocimiento divino, que
los cinco factores propicios para su manifestación
se habían reunido. Reconoció los seres que
podían despertar por medio de la Comprensión
auténtica, de la Meta auténtica y de la Acción
auténtica, y asumió la forma de un nacimiento
humano.
LOS
DOCE ACTOS DEL BUDA
Se dice del Buda que:
El abandona (la esfera divina de Tushita), penetra
en la matriz, nace, se adiestra en las artes, goza del mundo,
renuncia, practica las austeridades, llega junto al árbol
de Bodhi, vence a los Maras, manifiesta el despertar, enuncia
la enseñanza y trasciende el sufrimiento.
Abandonando los mundos divinos, el Buda penetró en
la matriz y se manifestó bajo la forma de un nacimiento
(humano) Desde que nació, los dioses, acompañados
de músicas celestes, vinieron a bañarle. El
se levantó inmediatamente, dio siete pasos en la
vasta tierra, y apuntando el brazo hacia el cielo, declaró:
Yo seré el Sublime de éste mundo.
Con ocasión de éste nacimiento, los brahmanes
expertos en las señales fueron consultados: El
será emperador universal o bien Buda dijeron.
Dominó perfectamente las artes y las disciplinas
mundanas, después conoció los fastos de la
condición principesca, rodeado de una reina y de
servidores.
Fue entonces, cuando, franqueando la puerta del palacio,
comprendió la inexorabilidad de los cuatro grandes
ríos del nacimiento, de la vejez, de la enfermedad
y de la muerte.
Abandonando
su condición, renunció perfectamente y se
convirtió en alguien sin hogar.
A mediodía permaneció en meditación,
en el crepúsculo subyugó a Mara, en el alba
realizó el verdadero conocimiento omnisciente y manifestó
el Despertar.
LA
PUESTA EN MARCHA PROGRESIVA DE LA RUEDA DE LA LEY
En Benarés, en el parque de las gacelas,
enunció las Cuatro Verdades:
Que la ignorancia, a la manera de una semilla,
es la causa de la enfermedad: la Verdad del origen.
Que sus frutos son las pasiones, semejantes a la
enfermedad misma: la Verdad del sufrimiento.
Que el remedio, semejante a una medicina, es la
Verdad de la Vía.
Que, por su poder, ésta Vía libra
de la causa originaria y de las pasiones semejantes a
la enfermedad, es el Fruto: la Verdad del cese.
Dirigiéndose a los practicantes del gran vehículo,
el Buda predicó el ciclo de enseñanzas del
Bodhisattva, en el lugar llamado montaña donde
se reúnen los buitres: el aprendizaje del pensamiento
superior, el aprendizaje del conocimiento superior y también
la adquisición de la maestría en la absorción
meditativa superior; además de la maestría
absoluta, la de la Consciencia Primordial, autocognoscente
y discernidora.
Reveló la Enseñanza de manera vasta, profunda
e inconcebible.
Refutando las teorías erróneas y el asimiento
realista, apaciguó la identificación con el
sujeto y con el objeto, y demostró cómo obtener
la Consciencia Primordial verdadera.
Para los seres de capacidad intermedia, el Buda enunció
la enseñanza sobre ausencia de características
intrínsecas.
A los dotados del potencial superior que demostraban una
Compasión sin límites, les enseñó
que la refutación del asimiento dualista por la Vacuidad,
no era la explicación definitiva y les reveló
las cualidades últimas que son el otro aspecto de
la sabiduría del Dharmadatu, la presentación
definitiva cualificada. Es la enseñanza denominada
explicación perfectamente excelente .
Por ésta exposición de la doctrina bajo forma
de tres ciclos sucesivos y por la inmensidad de su sabiduría
compasiva y su comprensión auténtica, éste
Maestro estableció a un número ilimitado de
seres en el estado del bienestar y de la felicidad.
EL
REFUGIO
Todos los seres individuales nacidos en una
de las seis condiciones de existencia están continuamente
atormentados por las pasiones. Han perdido su camino, ciegos
delante del abismo, sin poder descubrir jamás la
protección que les guiaría. Es para ellos
para quienes está disponible el poder del refugio.
Este poder no reside más que en los Tres Sublimes,
con exclusión de toda otra fuente de refugio. Por
eso es necesario tomar refugio en los Tres Raros y Sublimes
(las tres joyas)
LA
MANERA DE TOMAR REFUGIO
Si estamos afectados por una fiebre, mientras permanezcamos
ignorantes de las cualidades de las Tres Joyas, es imposible
que la fiebre desaparezca. La razón de esto reside
en la naturaleza de las Tres Joyas:
El Buda: el Despertar, el cumplimiento último
y perfecto de la entrega y de la realización. El
Buda se caracteriza por la Consciencia Primordial de la
naturaleza esencial de los fenómenos y por la vibración
de la Palabra no dual.
El Dharma: la Vía cuyo significado es la
Verdad del cese. Está caracterizado por la pacificación
de los extremos de sujeto y objeto, de los cuales está
exento de apego, y por la Actividad Iluminada que causa
el cese de las pasiones.
La Shanga: la Noble Comunidad: son los que tienen
un conocimiento exacto de la manera de alcanzar la meta,
que se aplican a realizarla comprometiéndose en
la acción virtuosa inicial, intermedia y última.
Por la comprensión de las cualidades de los tres
lugares de refugio, surge una fe sin defecto. El refugio
surge de ésta fe hacia los objetos auténticos,
actuando como el remedio efectivo. Es lo que esconde la
expresión: estar sostenido por la Compasión
de los Tres Raros y Sublimes.
Una vez que se está sostenido por ésta Compasión
de las Tres Joyas, jamás se está excluido
de ella. Esta compasión que sostiene a los seres
está provista de la Actividad Iluminada que no rechaza
nunca, puesto que ha superado la dualidad del sujeto y del
objeto. Por ésta razón, se compara a la mandíbula
de un cocodrilo (nunca suelta)
Esta fe del fondo del corazón es el remedio apropiado.
El que conecta su ser y toma efectivamente refugio, cierra
las vías que llevan a los abismos de las pasiones
y que provocan el nacimiento en alguna de las seis clases
de seres, sea en los estados desdichados o en las condiciones
superiores. El hilo de la Vía de la Liberación
está perfectamente sostenido.
Así, el que engendra en sí mismo el auténtico
voto de Refugio encuentra una protección absolutamente
infalible contra todos los sufrimientos.
Desarrollando esta consciencia, penetra completamente el
sentido del voto de Refugio. En consecuencia, las situaciones
negativas no aparecen ya como tales ante él. Al contrario,
las condiciones adversas se erigen en aliados. Las enfermedades,
los demonios virulentos, las persecuciones y otras manifestaciones,
cuando llegan, son reconocidas como maduración de
causas anteriores: actos acumulados bajo influencia de la
ignorancia. No mora ya en el ser, lugar alguno donde el
sufrimiento pueda fijarse.
Gracias a la confianza en lo ineluctable de la retribución
kármica, estas circunstancias aparecen como aliados.
Cuando alguien pronuncia, en relación a nosotros,
palabras desagradables, atribuyámonos el reproche
de ello y veamos esto como benéfico. Cuando somos
objeto de palabras elogiosas, tengamos confianza en las
Tres Joyas y desarrollemos ante todo nuestra fe.
Cualquier cosa que ocurra, buena o mala, cualquier cosa
que aparezca, todo eso debe ser comprendido como una interpretación
proyectada por nuestro mental. La naturaleza de toda manifestación
es la proyección confusa, salida del karma. Mas aun,
en la convicción de la ausencia de origen intrínseco,
incluso si se presentan malos pensamientos, tales como el
deseo o el odio, mantengamos la cabeza fría sin dejarnos
ir tras ellos.
Permaneciendo
en la vía pura de la paciencia, mantendremos con
certeza el hilo del camino del no volver . Para eso tenemos
que reconocer la especificidad de los lugares de refugio,
que distingue la posición budista de las teorías
heterodoxas.
El Buda lo expresa así: Por más que
se conciba la existencia de todos los votos, éstos
no existen si no pasan por el refugio. Meditemos
el sentido de ello en este espíritu.
De una manera general, la totalidad del cuerpo de las ochenta
y cuatro mil enseñanzas está incluida en el
adiestramiento en el refugio, perfección completa
del aprendizaje espiritual. La orientación única
del Dharma, es la aplicación del refugio. Una única
orientación en los preliminares: penetrar el sentido
del desarrollo del espíritu del Despertar. Una única
orientación en el cuerpo de la práctica: penetrar
el sentido de esta fase central. Y una única orientación
en el fruto: asumir la maestría de la Actividad Despierta
resultante. Es la razón de ser del recogimiento meditativo.
Puesto que todas las enseñanzas de Buda se resumen
en la integración del refugio, no menospreciemos
su importancia, más bien aspiremos verdaderamente
a tenerlo como el corazón de la meditación.
Haciendo esto llegaremos a ser afortunados y capaces de
poner en práctica la esencia del profundo y santo
Dharma.
Reflexionemos sobre el medio sobre el que se asientan la
causa, el ejemplo y el nombre este sublime soporte: el precioso
cuerpo humano dotado de las libertades y de las adquisiciones,
tan difícil de obtener.
Ahora que nosotros gozamos de esta oportunidad excepcional,
no dejemos a esta existencia humana agotarse en vano, seamos
conscientes de la necesidad de practicar lo esencial, el
Santo Dharma que le da su sentido. Desarrollemos una aspiración
ferviente, sin dispersarnos, debemos practicar enseguida.
Eso ¿por qué?
Todos los fenómenos exteriores e interiores, el receptáculo
y la esencia, no existen mas que en modo dependiente, condicionado.
No tienen existencia autónoma o real, ni siquiera
por un instante. Especialmente la vida de los seres es transitoria
como una burbuja en la superficie del agua, y es cierto
que la muerte golpea de repente.
En ese momento, ni nuestras personas cercanas, ni nuestros
servidores, ni nuestras riquezas, ni nuestros bienes, ni
nadie nos es ya de ninguna ayuda. Cuando erramos en el estado
intermedio, nada, salvo el Dharma, tiene ya utilidad real.
Tenemos que practicar desde el presente, con gran diligencia.
En la muerte, la fuerza del karma vuelve imposible la concreción
del menor deseo. Nadie puede impedir el cumplimiento inevitable
de la dinámica de la ley de causalidad. Vemos la
plena maduración (de nuestros actos) y el fruto supremo,
mediocre, medio o inferior se vuelve manifiesto. Los actos
salidos de intenciones virtuosas o negativas producen un
resultado tangible. Por consiguiente la causa ( para cultivar)
es el pensamiento positivo, fundado sobre la comprensión
auténtica.
¿QUÉ
ES LA COMPRENSIÓN AUTÉNTICA?
Es la inteligencia perfecta, la que remontando la cadena
de causas y efectos, percibe claramente el modo de funcionamiento
del karma, sabiendo que éste se basa en la ignorancia
que asume la existencia de un yo donde no hay yo.
Esta consciencia justa del funcionamiento del karma conduce
a la concepción de la virtud. La producción
de esta concepción, se dice, es un acto mental que
acto seguido se expresa en el acto físico o verbal.
La comprensión auténtica engendra la disposición
mental que inscribe la actividad del cuerpo y de la palabra
en una dinámica positiva. La reproducción
de ésta causa da un resultado: la obtención
de una condición superior de existencia y del estado
de certeza excelente.
Esta intención, en virtud de la ley de retribución
kármica, vuelve el acto positivo al principio, al
medio y al fin, y en consecuencia se llama: intención
positiva.
El Buda dijo además: adoptar esta intención
sitúa en la vía del Dharma, según los
tres vehículos. Su puesta en práctica manifiesta
las causas y efectos de la liberación.
Apoyándonos en la ley infalible de causa y efecto,
nos aplicaremos en cuidar las ocho cualidades de los nacimientos
superiores: Por el abandono de la malevolencia: la
longevidad; por el hecho de honrar al Lama: una filiación
superior; por reunir acumulación de mérito:
grandes posesiones; por el hecho de no pronunciar mas que
palabras puras: la credibilidad y así sigue....
Pongamos en práctica éstas palabras dignas
de fe.
Estas cualidades son los factores propicios para la liberación.
Como lo enuncia la ley de la causalidad: La causa
es el pensamiento erróneo que surge de la inconsciencia.
La producción de un estado mental negativo
es el modo de experiencia de las seis clases de existencia.
La adhesión a este modo de experiencia es denominado:
samsara. La naturaleza del samsara es el sufrimiento.
¿De qué manera?
El fruto es el resultando ineludible de una causa anterior.
La causa, son las distorsiones mentales que, por su repetición,
conducen al fruto: las seis condiciones de existencia y
su sufrimiento cuya manifestación es imposible prevenir.
Por esta razón, los grandes maestros Kagyu conceden
un gran valor a la ley de retribución kármica
y hacen de ella la esencia de su meditación. La razón
de esta insistencia está en la naturaleza del samsara
que no puede nunca trascender los tres tipos de sufrimiento.
Cualquiera
que sea la condición, superior o infortunada, en
la que se toma nacimiento, el apego a la realidad de la
experiencia inmediata la transforma únicamente en
sufrimiento. Hay que cortar irremediablemente las
amarras de esta vida.
Este pensamiento lo comenta así el Venerable Mykyo
Dorje:
La esencia del desapego es el Cuerpo del Glorioso
Lama. Es esencial establecerse en la Noble Presencia
del Cuerpo del Lama, de donde vendrá el desapego
del samsara. El mismo Venerable añade : Cuando
la Realidad es realizada, la causa y el efecto surgen como
Vacuidad. Es decir que en la naturaleza de la Realidad
(dharmata, la esencia de los fenómenos) reside el
modo de ser último. Cuando el ser de los fenómenos
se realiza, la Vacuidad surge como causa y efecto. Es decir
que el modo de manifestación es la emanación
del estado de naturaleza.
En el estado de consciencia en que no se está sujeto
a la ilusión por el modo aparente de la manifestación,
sino que se percibe su dimensión real, reside el
fruto: el Cuerpo de Despertar y la Consciencia Primordial.
El estado de conciencia que no refuta el modo aparente,
tiene por fruto el sufrimiento de condiciones desafortunadas.
El Buda definió así el campo de los defectos
y de las cualidades. Es aquel que ha rechazado todos los
oscurecimientos del aferramiento dualista y que ha completado
la sabiduría de los dos conocimientos.
La comprensión de la dimensión verdadera de
las cualidades del Despertar, como perfecciones de las excelencias
de abandono y de realización, engendra una convicción
profunda: el reconocimiento de la superioridad del Buda
en relación a los maestros heterodoxos. Se toma entonces
un refugio sincero en este Maestro Excepcional. Tomamos
refugio con todo nuestro ser, seguros de que no existe fuente
de protección superior, sin buscar ya otro asilo.
Dirigirse hacia el refugio provisto de los cuatro elementos
necesarios, es el refugio perfectamente cualificado.
Comprender lo que es útil y lo que es perjudicial
y, desde ahí, aspirar definitivamente a la liberación
del samsara se describe como girar la mente hacia
el Dharma. A continuación, ese Dharma debe
llegar a ser el Dharma real, es decir el camino. Para eso,
es necesario practicar en la corriente de nuestro ser los
dos aspectos del precioso espíritu del Despertar.
Si se desea una explicación extensa de ello, nos
remitimos a las Seis Obras de la tradición
Kadampa, o a la Gran Vía gradual del
Señor Tsongkhapa, o mas aun a la Joya, ornamento
de la liberación del incomparable
Gampopa.
En breve, el Espíritu del Despertar (Bodhicitta)
tiene dos aspectos: relativo y último. El aspecto
relativo está compuesto del Amor altruista y de la
Compasión. Es también la aspiración
y la aplicación.
El espíritu de aspiración, es el desarrollo
de la idea siguiente: por el recuerdo de la bondad
de todos los seres, que yo sé que han sido mis madres,
yo haré que obtengan el estado de omnisciencia.
El espíritu de aplicación: es empuñar
este deseo de obtener la omnisciencia comprometiéndose
en todos los aspectos de la práctica del Dharma.
Esta puesta en acción se hace según tres grados:
personal, bodhisattva y tántrico.
La esencia de la vía de la liberación personal
es la renuncia, a través de las tres fases de preparación,
práctica propiamente dicha y conclusión. La
esencia de la vía del bodhisattva es la compasión,
a través de las tres fases de preparación,
práctica propiamente dicha y conclusión. La
esencia de la vía tántrica es la consciencia
pura, a través de las tres fases de preparación,
práctica propiamente dicha y conclusión. La
especificidad de cada una de las tres vías reside
en aquello que hay que cultivar en la vía. Las particularidades
de cada vía son respectivamente abandonar, transformar
y conocer. El fruto de éstos aspectos en plena madurez
es el espíritu del Despertar último: sin origen,
sin cese, inconcebible, inmaculado, Claridad Luminosa.
En resumen, es la realización verdadera, de la naturaleza
de la Consciencia Primordial de la Esfera de los fenómenos
(dharmadatu), que trasciende toda expresión y todo
razonamiento, y su integración a través de
una expresión convencional.
Por la adhesión total a éste precioso espíritu
de aspiración al Despertar, cualquiera que sea su
expresión práctica, el resultado se cumple:
el practicante permanece en la vía, ha llegado a
ser como un vasto tesoro inagotable. Es lo que expresa Shantideva
en la introducción a la conducta de los Bodhisattvas:
Cuando alguien asume perfectamente esta intención,
Desde ese instante, aunque duerma o esté despreocupado,
Surge una fuerza de mérito continuo, semejante al
espacio.
ABANDONAR
LAS CAUSAS DE DECADENCIA DEL VOTO DE BODHISATTVA
Se resumen en el hecho de rechazar mentalmente a un ser
y de mantener disposiciones contrarias al espíritu
del despertar que anulan el voto.
Se completan por las cuatro acciones positivas y su contrario,
y por las dieciocho transgresiones-raíz que sería
demasiado largo desarrollar aquí. Si se desea, se
encontrará una explicación detallada de lo
que hay que rechazar y de lo que hay que practicar en las
obras de referencia citadas que dan una respuesta perfecta
a esto.
Esta composición se quiere substancial, por lo que
evita los desarrollos. A pesar de que no hay aquí
materia de estudio para los seres puros de inteligencia
superior, no dejará indiferentes a las mentes inferiores
como la mía. Por un análisis fino, incluso
es posible que se la descubra conforme a la Enseñanza.